Dr.Juan Barek
En San Juan capitulo 11, versículos 25 y 26, Jesús le dijo a Marta, “… Yo soy la resurrección y la vida…… y se dirigió hacia la tumba de Lázaro para hacer volver a Lázaro de muerte a vida. La tumba estaba en la aldea de Betania. En el lugar donde Jesucristo fue recibido por Marta, allí habló con Marta. Luego, Jesús vino a la tumba de Lázaro que era una cueva ubicada en Betania. Jesús mandó quitar la piedra que yacía tapando la entrada a la cueva. Jesús tuvo que pasar por muchos procesos, uno a uno, antes de poder traer a Lázaro a la vida.
De igual manera, ya sea una piedra, o la distancia, la Biblia nos enseña que también hay muchos obstáculos en nuestro corazón que impide la obra del Señor.Es decir, aquellos corazones que se encuentran ocupados con la desconfianza obstruye la voluntad de Jesús, cuyo deseo es resucitar a Lázaro.
Por eso, así como se abrió entrada y luego se entró, Jesús tuvo que resolver los problemas que se presentaban uno a uno para poder resucitar a Lázaro. Lo primero que tuvo que confrontar fue la incredulidad de Marta.La primera palabra que Marta le dijo a Jesús al encontrárselo fue, “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.” Marta varias veces había visto a Jesús sanar las muchas enfermedades. Por ende, ella creía que su hermano no habría muerto si Jesús le hubiera venido a ver mientras estaba enfermo. Claro, Marta creía que Jesús tenía la capacidad de sanar la enfermedad de Lázaro, pero su fe no estaba completa con eso. Ella creía que Jesús podía sanar enfermedades, pero no creyó que Jesús pudiera volver al Lázaro que hedía ya y llevaba cuatro días de muerto.
Esta era exactamente la incredulidad que Jesús quería cambiar dentro del corazón de Marta. Jesús tenía la certeza de que Dios levantaría a Lázaro de entre los muertos. Pero se conmovió ante la incredulidad de Marta. Por eso, Jesús le dijo a Marta, “Tu hermano resucitará.” Marta escuchó lo que le dijo Jesús, “Esta enfermedad no es para muerte, si para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” A pesar que ella no tenía la fe de que Jesús pudiera traer a Lázaro a vida. Como resultado, ella no aceptó la Palabra del Señor con la fe. Mas bien, manifestó su incredulidad al decir, “Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.” Jesús le volvió a decir a Marta, “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. ¿Crees esto?” Si Marta hubiera creído lo que Jesús le dijo, significa que también habría creído que Lázaro volvería a vivir aunque ya llevaba 4 días de muerto. Sin embargo, Marta le dijo al Señor, “Si, Señor, yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”
Marta creyó que Jesús era el Hijo de Dios, el Cristo venido al mundo. Además creyó que Jesús podría haber sanado la enfermedad de Lázaro si hubiera estado allí antes que Lázaro muriera.
Desafortunadamente no pudo creer en ese momento que Jesucristo también traer a Lázaro a vida, aunque llevara tiempo de muerto.
Fuente: Revistalogos.com
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